¡El valor de la vida!


“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo” (Salmo 139:16-18).

El salmo 139 es una de las más hermosas expresiones del carácter omnisciente, omnipresente y omnipotente de nuestro Dios. David se siente tan extremadamente sorprendido de que:

1) Dios conociera TODO acerca de él (v.3);

2) Dios ESTÅ en todo lugar, por lo tanto ningún ser humano puede esconderse de su presencia (v.7-12);

3) Dios es quien CREA Y FORMA la vida (v.13-16); y

4) de que Dios es el ÚNICO que puede escudriñar la vida interior de un ser humano y pasar juicio sobre ella (v.23-24).

La expresión continua del autor del Salmo (David) es “estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien” (v.14; ver también los vers. 6 y 17). ¡La vida es demasiado preciosa! Por lo tanto, ninguno de nosotros tiene la potestad de menospreciarla, ni mucho menos, aniquilarla. Este Salmo resalta un detalle extremadamente importante, y tiene que ver con el inicio de la vida misma. ¿Cuándo es que inicia? Muchos consideran, de manera equivocada, que la vida comienza cuando se nace; pero aquí se establece el principio fundamental que define la vida, y es desde la concepción. La Palabra nos presenta una poderosa verdad, expresada artísticamente por David: “Porque tu formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre en el vientre de mi madre…; no fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (v.13, 15-16). Dios creó la vida, y participó directamente en el proceso de formación desde el vientre. Por lo tanto, no hay lugar para justificar el aborto. Uno de los grandes males de la humanidad, a lo largo de la historia es, precisamente, el genocidio (asesinato de los niños).

En el año 1973, la Corte Suprema de los Estados Unidos dio legitimidad al aborto, lo que ha producido más de 55 millones de asesinatos (algunos investigadores consideran que este número es mucho más). Si se le hubiese permitido vivir a esas criaturas, hubiese representado una producción de 17 trillones de dólares en la economía de ese país, lo que representa hoy día su deuda nacional. ¡Qué irónico! Además se ha descubierto que 8 de cada 10 mujeres que abortan lo hacen por razones de “conveniencia personal” y no por motivos de salud. Cuando una sociedad devalora a Dios y a sus mandamientos, caerá en la degradación de devalorar la vida. Nuestra misión es oponernos a todo lo que atente contra la vida dada por Dios. Este texto del Salmo 139 tiene mucho significado para nosotros. Una de nuestras nietas nació antes de tiempo (siete meses); y tuvo que estar bastantes días en cuidado intensivo neonatal. Cada vez que nos permitían entrar como abuelos a verla, mi esposa le declaraba esta palabra: “Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (v.16). Teníamos confianza en Dios de que su vida, aunque pequeña y frágil, estaba en las manos de quien “entretejía todo su ser”. Hoy día tiene 9 años, y alabamos a Dios por su vida, al igual que la de los otros 4 nietos. ¡Qué hermosa es la vida dada por Dios! Así que, no la desperdiciemos, ni mucho menos permitamos que sea aniquilada por la mano y el capricho del hombre mismo.

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