La gracia es suficiente


Romanos 5:20-21 La ley se introdujo para que abundara el pecado; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para traer muerte, también la gracia reine por la justicia para darnos vida eterna mediante Jesucristo, nuestro Señor.

Estamos en tiempos de muchos adelantos científicos, abundancia de conocimientos, comunicaciones, tecnología, mega construcciones, misiones espaciales, innumerables tipos industrias, etc… Es evidente que con el progreso y la diversidad de creencias religiosas han surgido contradicciones con la Palabra de Dios y por lo tanto, abundancia de pecados. 2Timoteo 3:1-4 También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos,  y que habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, que amarán los deleites más que a Dios. Ante esta cosmovisión, la continua decadencia moral, persecución y oposición a la Palabra de Dios enfrentamos grandes desafíos a nuestra fe cristiana. Cada situación difícil de nuestra vida: enfermedad, crisis, angustia, debilidades, escases, traición, abandono, etc… son oportunidades para que Dios muestre su poder y manifieste su gracia suficiente. 2Corintios 12:9-10 pero él me ha dicho: «Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por eso, con mucho gusto habré de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose en mí.  Por eso, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones y en las angustias; porque mi debilidad es mi fuerza. Solo bajo circunstancias de opresión, insuficiencia y debilidad humana es que experimentaremos la gracia redentora de la Cruz del Calvario. 

Efesios 2:8 Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios. 2Corintios 3:5 Y no es que nos creamos competentes por nosotros mismos, como si esta competencia nuestra surgiera de nuestra propia capacidad. Nuestra competencia proviene de Dios. La dependencia y convicción en la gracia de Dios resultara en una vida alejada del pecado, venciendo las tentaciones, valentía para presentar defensa por los valores cristianos, compasión por los perdidos y ser testigos de este regalo inmerecido, la gracia. Hebreos 4:16 Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda.

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